miércoles, 16 de septiembre de 2009

De la nada a la nada [o quizás no 1]

Como dice el título, es algo que me surgió de la nada al escuchar el corte Forest Temple de Koji Kondo, que hace parte de la banda sonora de The Legend Of Zelda: Ocarina Of Time, el caso es que lo escribí y pues algo que llego de la nada... pues termina en nada, pero lo importante a veces es el proceso hahahaha. A diferencia de lo que casi siempre escribo esto lo intenté hacer en primera persona.

Acá les dejo el corte que me dio la idea para que lo escuchen mientras lean y digan si es que yo estaba fumado o si de verdad pega y da una buena sensación.




El viento se mueve entre los arboles como si tuviera vida propia, parece como si una extraña, insensata y misteriosa melodía verde se moviera entre ellos. Una música que no sabría decir si me encanta o me asusta.


El sol esta ya cerca de su tumba, me queda poco tiempo para encontrar un refugio así, celeridad me adentro mas y mas en busca de aquel lugar de salvaguardo, de cualquier manera hace mucho tiempo que perdí el camino e incluso el mismísimo sentido del tiempo, podría jurar que llevo días caminando pero no es posible ya que nunca ha oscurecido.

Vuelta aquí, giro allá, subida adelante, bajada a un lado... los minutos vagan por el busque al igual que yo. La melodía hace un cressendo pero no trae ningún paraje familiar, es extraño por que incluso cuando intento caminar en círculos el bosque siempre trae algo nuevo. El sonido se va acercando al forte.

Si estoy tan desesperado por salir ¿por que demonios no puedo explotar? incluso mis pensamientos van lentos y calmados, el tempo no cambia, el bosque no para de cambiar y yo ¿cambio o no cambio?, ¿¡que maldición me atraviesa!?, creo que comenzare a correr, no por que el tempo se acrescente sino por que algo llama.

Después de incontables pasos el sol ya tiene un pie en la tumba. No he visto animal alguno, arboles y arboles; abedules; pinos; secoyas; arbustos; musgos y un interminable tapiz de césped y hojas que crean un extraño sendero... los arboles están bien espaciados uno con otro, el suelo es homogéneo, aun así existe el sendero, es distinguible, siempre girando en ángulos de 90 grados. El sonido se acerca al fortissimo.

Agonizante astro rige en este otro mundo por sus últimos segundos... para mi quizás sean horas, ahora el sonido ha llegado a su quinta, esperaba un campo abierto, algo diferente, pero solo hay mas bosque. Una hoja esta cayendo y lentamente se acerca al suelo, al tomarla el sonido se detiene, ahora estoy frente al tronco de un árbol talado y hay una ruina en frente. Sobre el tronco un cuaderno.

Abro el cuaderno, una serie de recortes de prensa de diferentes épocas que van avanzando en el tiempo a medida que avanzo en las páginas. 1800... 1900... 2000... todos tienen algo en común. Son obituarios. 16 de septiembre de 2009, Christopher Dupont desaparecido, anexado esta el obituario con fecha de tres meses después. Es mi obituario.

Sigo pasando páginas pero no se terminan, siguen y siguen, para este punto donde no se si he vagado días meses o años ya el tiempo no importa realmente, además es una tontería malgastar mi tiempo en pánico, aquí estoy después de haber leído mi obituario... no se como pero aun estoy vivo y eso ya es algo.

Avanzo directamente hasta la ultima página, un obituario extraño, es un lenguaje irreconocible para mi pero comprendo el mensaje, tal vez sean las imágenes en el artículo, un planeta áspero con nubes rojizas como las que se alzan sobre el cielo, además de otra imagen de un campo estéril y rojizo donde hay un árbol cortado y una ruina frente a el, de repente todo a mi alrededor es como la imagen, Es el obituario de toda forma de vida en el planeta.

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